Los espacios, como muchas personas, muchas veces, tienen energías “remanentes”, es decir “memoria” de acontecimientos que han pasado allí.

Cuando han sido eventos agradables y felices, no deben preocuparnos porque la energía que van a desprender va a ser favorable para nosotros. En contra, cuándo han sido acontecimientos d uros, infelices, violentos o desagradables como rupturas, enfermedades, muertes, muertes violentas, discusiones, etc. Lo mejor es eliminar y limpiar esas energías para que no nos afecten.

Otra circunstancia es cuándo entramos en una vivienda, local o despacho que ha sido ocupado anteriormente, lo mejor es eliminar esa memoria para que el espacio se vuelva totalmente nuestro y nos permita desarrollarnos en plenitud y la anterior energía no nos influya. Os pongo algunos ejemplos:

• Piso heredado de los abuelos, padres o algún familiar, aunque hayan sido muy queridos no queremos vivir sus vidas, mejor eliminar esas memorias.
• Piso comprado de segunda mano, no sabemos como les fuero a los anteriores dueños, no queremos que nos influyan sus energías.
• Despacho que anteriormente fue despacho de abogados matrimoniales (por ejemplo), en el que se trataban temas dolorosos, no queremos esa energía en nuestro despacho.
• Etc.

Otra situación es la limpieza de terrenos porque, tal vez las actuaciones que se hicieron anteriormente allí no estaban en armonía con las energías del lugar y los elementales que lo ocupaban. Mejor sanar ese espacio para que luego no surjan obstáculos y desgracias varias al ocuparlo, tanto si es para vivienda como para poner invernaderos o plantaciones.

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